Diseñar es realizar una ordenación de los elementos propios, en este caso de la heráldica, bien sean estos conceptuales, materiales… con la finalidad de optimizar su función.
De la misma manera que ocurre con otras disciplinas, como la moda o la publicidad, se debe tener presente que hay que respetar su propia filosofía, leyes y costumbres, y que no basta tan solo con poder ser capaces de realizar un blasón bonito, complejo o espectacular, pues para que este blasón sea heráldico, sus componentes deben encontrarse dentro del ordenamiento del que la heráldica se viene ocupando, sus leyes, sus costumbres, etc., y de esta manera convertirse en conjunto heráldico.
Se debe señalar, en primer lugar, que no todos los blasones resultan ser blasonNOTICIAes heráldicos. Blasonar es realizar la descripción del escudo. La heráldica ha ido incorporando a lo largo del tiempo una serie de principios, leyes y reglas que han permitido concretar de una manera clara el conjunto heráldico que pretende ser expresado gráficamente, y que determina una adecuada corrección. Todo este marco regulador viene siendo guardado en armoriales, códices, etc. Este conjunto heráldico viene fundamentado en tres grandes principios generales, que son: el principio de la estilización, el principio de la expresión y el principio de la composición.
Morfología de los escudos
A la superficie del escudo en la cual se sitúan las figuras y piezas se le denomina campo, y al perímetro que la limita, boca. Un escudo bien proporcionado debe tener cinco partes de ancho o latitud, y seis de alto o longitud. Dependiendo de cuál sea el país en el que se haga el diseño, nos podemos encontrar muy diversas formas de los contornos de los escudos.
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